lunes, 26 de octubre de 2015

Batman: Court of Owls/Night of Owls


Batman es un personaje que siempre quise conocer en los cómics pero tiene tanto material que no sabía por donde empezar. He leído The Dark Knight Returns, Killing Joke, Joker y alguno más, pero no encontraba por donde engancharme a la serie regular así que he tirado por lo fácil: vamos a hablar de su reinicio en The New 52 con el equipo creativo formado por el guionista Scott Snyder (American Vampire) y el dibujante Greg Capullo (Spawn).

Court of Owls y su parte final Night of Owls son el primer arco argumental de la serie regular. Como (re)inicio que es, el primer capitulo sienta las bases: presenta a los personajes, mostrándonos al grueso de antagonistas del murciélago, a sus aliados y a parte de la Bat-familia, así como a la ciudad de Gotham, en un capítulo con tanta exposición que se hace tan denso como necesario. Tuve que hacer una pausa de un par de días para recuperarme. Después el descubrimiento de un cuerpo anónimo acuchillado hasta la muerte abre la puerta al enemigo del arco: el tribunal de los búhos, una sociedad secreta que lleva manejando los hilos de Gotham desde la sombra desde hace siglos que ha decidido reaparecer y tomar las riendas. El cómic abre con un Bruce Wayne filántropo, con una fuerte conciencia de la tradición familiar hacia su amada ciudad, con amplios planes para remodelarla, además de entablar una amistad con el candidato facorito a alcalde, Lincoln March.

El argumento consigue enganchar rápidamente en cuanto pasas el primer capítulo. Me sorprendió ver que realmente Batman parece merecedor del título de mejor detective del mundo (si obviamos que ha pasado por alto una organización secreta que existe desde hace siglos). Hay relativamente pocos momentos dedicados a los golpes y a las conversaciones grupales de tíos en mallas ajustadas y bastantes a investigación y reconocimiento. La trama se toma sus buenos momentos para desarrollar al personaje y para mostrar facetas más allá del tipo duro, como el dolor ante la pérdida de sus padres o un descenso a la locura en uno de los números donde el dibujo consigue brillar más. Por su parte el tribunal de los búhos se presenta de forma inteligente como la horma de su zapato; juega mucho con el simbolismo de otra ave de la noche que ha conseguido burlar incluso al mejor detective que anda y anduvo en el pasado tras su rastro, como otros hicieron antes que él. No estamos ante un enemigo personificado y reconocible como podrían serlo Joker o Mr. Freeze, es más parecido a un ente difuso que inspira miedo por lo desconocido de su naturaleza, su localización o sus habilidades.

En retrospectiva es el mejor capítulo de toda la saga
Otra forma que este cómic usa para insinuar una larga trayectoria hasta llegar a este reinicio sin saturar al lector es la importancia que se le da al tiempo, a la sucesión de padres a hijos, los lazos que se quedan en la descendencia y la memoria histórica. Esto se ve en varias ocasiones como el descenso a la locura en el laberinto, los lazos familiares insospechados que se descubren y por último en Night of Owls, donde asesinos resucitados vuelven a la vida con retazos de su origen en la memoria, confundidos ante la época en la que han despertado de nuevo y adaptándose como pueden.

Tengo pocas quejas sobre la trama, aunque la mayor de ellas es el final: la revelación del cabecilla en la sombra, aunque interesante en un punto, es una verborrea digna del villano más tópico de cualquier anime y una bala fácil dentro del cómic de superhéroes. Esperaba bastante más después de tanto misterio, intriga y escenas de un Batman realmente desorientado y confuso ante la magnitud de su enemigo.

El dibujo es realmente sensacional y fue la parte que realmente se grabó en mi memoria. Capullo tiene muy buena mano para el diseño de personajes y para los fondos. Este arco se centra mucho en la ciudad de Gotham; enorme, oscura, misteriosa y llena de recovecos. Esto lo vemos reflejado en los planos largos de la ciudad, llena de siluetas de altas torres, que contrastan con los barrios recónditos y los escondites decrépitos. Este contraste se acentúa aun más los numerosos flashbacks al pasado, mostrándonos diferentes épocas y personajes de la ciudad a lo largo del tiempo y cómo todo acaba confluyendo de una generación a otra. El diseño de personajes se aleja de los machotes hipermusculados que abundan por Marvel y tira más por un estilo más sobrio y comedido, tirando por facetas angulosas en los cuerpos y armaduras y trajes funcionales, sin florituras. Eso sí, como le sigan poniendo más barbilla a Batman de aquí a nada parecerá Stan Smith de American Dad.


El mayor problema de todo el arco lo tengo con Night of Owls. Esta parte final de 14 números apenas incluye 4 de la serie principal de Batman. El resto de los capítulos es relleno, una excusa para hacer uno o dos números de cómo cada miembro de la Bat-familia (Robin, Nightwing, Batwing, Batgirl, Red Hood, Catwoman...) pelea con un miembro diferente de los búhos. No está tan mal porque le dan personalidad y background a cada miembro tanto aliado como antagonista que sale (aunque estos últimos formen parte de un colectivo sin individualidad y quede forzado y casualmente de puerta a sacar una serie propia con ellos). Al leerlo del tirón acaba siendo repetitivo y te rompe el ritmo de lectura de la serie principal, pero si te apetece conocer más sobre el universo y los personajes es una opción recomendable.

En el mercado inglés hay un lote con el primer TPB
y la máscara creepy del tribunal a un precio muy jugoso
Conclusión: Court of Owls es un cómic muy decente y una genial forma de iniciarse en el universo de Batman. Como todo lo del murciélago actualmente la edición española viene de la mano de la editorial ECC. Hay dos opciones: reunir los 6 tomos en rústica (unos 65€ en total) que recopilan las grapas, llevándose todo el relleno de Night of Owls y algún número de otra serie o bien el tomo en tapa dura que reúne todo el arco de la serie principal (12 números) por la mitad de precio que la primera opción. No hace falta que diga por cual me inclinaré yo. 

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