¡Muy buenas a todos! Aquí traigo el post con las compras del pasado mes de noviembre.
- Kick-Ass, de Mark Millar y John Jomita Jr.
¿Es que no hay ni un mes
en el que no saque algo de Mark Millar? Al menos esta vez presento su
obra más gamberra y adictiva. Dave Lizewski es un pringado. Sin más,
un solitario adicto a los cómics que pasa desapercibido tanto en
clase como en casa. Lo conoceremos con una batería de coche
enchufada en sus partes pudendas y rodeado de mafiosos en las
primeras páginas del tomo.
El chaval decidió
comprar un traje de neopreno en ebay y echarse a las calles a imponer
justicia a raterillos menores a golpe de porra. Le van a dar
mamporros hasta en el carnet de identidad pero su voluntad de héroe
hará que vuelva a la acción, al menos hasta que se topa con un
problema que le supera. En esto se resume una historia donde ironía
y crudeza se mezclan en forma de humor adulto para darnos uno de los
cómics imprescindibles en la estantería de cualquier lector asiduo.
- Bleach (Tomos 58 y 59), de Tite Kubo.
Por fin he conseguido
ponerme al día con las publicaciones de Bleach en España. Casi
sesenta tomos son una burrada y hay autores que no saben cuando parar
de ampliar y enrevesar el universo que han creado. En fin ya que
tiene uno los otros cincuenta y siete anteriores, y más teniendo en
cuenta que supuestamente ésta será la última saga de Bleach, digo
yo que merece la pena acabar la colección.
Sin
hacer spoiler a nadie resumiré la trama: un nuevo ejército que
amenaza con conquistar y desvelar los secretos más ocultos ha
lanzado una invasión está asolando la Sociedad de almas y nuestros
héroes deberán salvarla una vez más. ¿Que cómo sigue la
historia? Depende de lo que Tite quiera alargarlo, y parece que se va a recrear más que nunca.
- Las estrellas, mi destino, de Alfred Bester.
¿Alguna vez te has
preguntado cómo habría sido si El Conde de Montecristo
hubiera sido escrrito por Isaac Asimov? Alfred Bester nos trae un
relato que se asemeja bastante a lo que hayas podido imaginar al leer
la frase anterior. En un siglo no muy lejano la teleportación de
cualquier humano común a lugares ya visitados es una realidad.
Siguiendo la mecánica típica que usaría Asimov, la norma básica
es rota y hay una catástrofe.
Nuestro hombre tiene la
capacidad de viajar instantáneamente a cualquier lugar sin la
necesidad de haberlo visitado antes, lo que le convierte en un ser
virtualmente omnipresente. Ha sido traicionado por sus seres
cercanos, que le han dejado flotando a la deriva por el frío
espacio. Uno de sus últimos alientos es una solemne promesa de
venganza, antes de ser rescatado moribundo. Aquí es donde empieza la
trama que Alfred nos ofrece durante las poco más de doscientas
páginas de novela.
- Galaxias como granos de arena, de Brian Aldiss.
Cada vez que un libro de
Brian Aldiss lo recibo con una amalgama de curiosidad y miedo. Conocí
a Aldiss este verano gracias a Criptozoico
y, hasta la fecha, ninguna historia había conseguido remover los
cimientos de mi cabeza desde la primera vez que vi Matrix. No sé
gran cosa de esta novela cuya portada sigo intentando descifrar que
conseguí en un puesto de la última feria de libro.
La
historia de las especies en general, y de la humanidad en concreto,
tiene etapas de altibajos, periodos de luz y prosperidad seguidos de
otros de sombría existencia. Aldiss extrapola esto a una escala de
tiempo de magnitud universal, donde pasaremos eones enteros como si
de edades de los dos últimos milenios de la Tierra se tratase
contemplando cómo vivimos en una gran mota de polvo que en polvo
volverá a convertirse con el tiempo.
- El Último Deseo, de Andrej Sapkowski.
Poco puedo decir del primer volumen de la saga de Geralt de Rivia, apenas me ha dado tiempo a ojearlo. Como si no tuviera bastantes cosas por leer, cojo y me meto con el primero de una saga de fantasía épica de ocho volúmenes. En fin, al menos parece que no va a ser uno de esos sucedáneos de Aragorn cazando dragones. Geralt es un brujo. No son una clase muy querida pero sí vitales para el funcionamiento del mundo pues son los encargados de eliminar monstruos, bestias y conjuros que atormentan a los humanos.
Andrej nos trae varias cosas en su obra más conocida: un héroe que muestra su cara más humana batallando entre bestias y una visión desmitificadora, incluso satírica, del género de fantasía. Todo esto en un mundo que bebe directamente del folclore de Europa occidental (es decir, mucho más que los gastadísimos actualmente vampiros, dragones y hombres lobos). Este polaco sabe hacer cosas interesantes.
- Pokémon Soul Silver y Pokémon Rubí Omega – GameFreak.
Menuda regresión a la
infancia en forma de dos cartuchos de y una Nintendo 3DS.
Reconozco que estaba tan emocionado por la salida del remake de
Pokémon Rubí y Zafiro cual mozuelo imberbe comprando su primera
consola. No esperaba encontrarme con gran cantidad de novedades (lo que, para bien o
para mal, se ha cumplido) pero la oportunidad de volver a jugar a la
nueva versión del juego al que más horas le he dedicado era algo
que no podía dejar pasar.
Esta conjunción entre mi yo nostálgico y mi yo de catorce años se topó mientras esperaba en la cola de la tienda de videojuegos con la estantería de seminuevos, donde el remake de Pokémon Oro y Plata me ponía ojitos muy tiernos. No pude jugarlo apenas cuando fueron lanzados hace pocos años y la espinita seguía clavada. Así que nada, tras recorrer todo lo que Hoenn tiene para ofrecer tendré que ir a por el juego con más contenido post-game de la saga. No me desagrada en absoluto la idea.
Ésto ha sido todo lo del mes de noviembre. ¡Gracias por visitar!
Pero qué, CAPITALISTA!!!!!!!!!!
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